jueves, 10 de noviembre de 2011

RELAJACION


Elija cinco de los siguientes métodos para aumentar la relajación, los cinco que le resulten más cómodos:

1. Apriete las mandíbulas. Déjelas sin apretar. Observe la sensación de alivio en ese momento. Tense los pies. Déjelos sueltos. Capte la sensación de dejarlos sueltos, vea en qué consiste exactamente. Extienda esa sensación por todo su cuerpo.

2. Mire un punto por encima de la línea normal de visión. Mantenga la cabeza derecha con los ojos vueltos hacia arriba. Cuando sienta la necesidad de parpadear, deje que se le cierren los ojos.

3. Respire hondo por tres veces. Al espirar la primera vez, imagine que es el final del día y que sienta bien relajarse; con la segunda espiración, sienta una oleada de relajación recorrer su cuerpo de la cabeza a los pies; con la tercera exhalación, siéntase mucho más pesado en el sillón.

4. Repita una y otra vez: «Soy más pesado cada vez cuando me abandono. Peso más y más al relajarme.»

5. Repita una y otra vez: «Siento cada vez más sueño con cada instante que pasa.»

6. Siéntese cómodamente con los ojos cerrados, fijándose en su respiración. Sepa que con cada ¡     inspiración rítmica se está relajando más y más profundamente.

7. Cuente hacia atrás de 25 a 1, sintiendo cómo se relaja más profundamente con cada número.

8. Imagine que está en el ascensor de una mina y que éste desciende cada vez más a la mina.

9. Imagine que está en el último piso de unos grandes almacenes. El ascensor al bajar se detiene en cada piso y se oye una grabación anunciando qué hay en cada piso. Por último llega al sótano de las oportunidades.

10. Tome conciencia de su cuero cabelludo. Relaje todos los tejidos y los menores músculos. Haga lo mismo con la frente, los ojos, las mejillas, la mandíbula, la boca, el cuello, los hombros, los brazos, etcétera, hasta llegar a los dedos de los pies. Tómese el tiempo necesario.

11. Inspire profundamente, y al espirar, dése las instrucciones: «Relájate ahora más profundamente.»                        
              
12. Imagínese que está en la cama. Está muy a gusto. Todo está en calma y silencioso. Está a punto de quedarse dormido.

13. Imagínese que se encuentra en un jardín. Está admirando las flores y los capullos. Coge uno con la mano. Hay en él una gota de agua que refleja los colores del arco iris. Vea los colores, la belleza diamantina.

14. Imagínese que está tumbado en una playa, escuchando las olas, o en una pradera mirando el lento desfilar de las nubes blancas por el cielo.

15. Cuente lentamente hacia atrás, de 15 a 1. Deje pasar unos diez segundos entre cada número, sabiendo que cuando llegue el uno estará profundamente relajado.

Una vez haya elegido los cinco métodos que más le agraden —con los que se sienta más a gusto—, llévelos a cabo en el orden en que aparecen.  Quizá sea mejor que los escriba en cinco tarjetas numeradas adecuadamente, del uno al cinco. Puede abrir los ojos durante la sesión de relajación y mirar la tarjeta siguiente.

Un paso más en esta preparación consiste en elegir una palabra secreta que le servirá para dar pie a la relajación en el futuro. Si alguien se la dice, no tendrá ningún efecto. Pero si la dice usted, sí.

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